191 años pasaron de aquel 20 de junio de 1820 en que muriera Manuel Belgrano, revolucionario por su pensamiento y por sus hechos... Enarbolar la bandera nacional a contrapelo de las indicaciones del gobierno del Triunvirato fue un hecho revolucionario; animarse a enfrentar el enojo de Buenos Aires fue un hecho fundacional de toda una generación de patriotas que llevó adelante la gesta emancipadora de España.
Y al recordar a Manuel Belgrano no nos olvidamos del rol de los originarios que se sumaron a la lucha contra los godos en las filas de los ejércitos patriotas de Belgano, de San Martín, de Juana Azurduy, luego invisibilizados por la historia que nos contaron.
Otro tema nos mueve al hablar del 20 de Junio, dado que a la noche de este día comienza la fiesta del sol, el Inti Raymi, justamente en el solticio de invierno, cuando el sol se ubica exactamente en el Trópico de Capricornio. La sabiduría de nuestros antiguos tanto incas como mapuches festeja entonces el año nuevo solar del hemisferio sur y se mantendrán estos festejos por cuatro días, dedicado el primero a la Tierra, el siguiente al Aire, luego al Fuego y el último al Agua.
María Rosa Huanca fue quien nos acercó estos conocimientos ancestrales, ocultos luego de la llegada de los invasores europeos que impusieron la cultura de otras latitudes.
Ambientó la mesa y nuestro espíritu para tocar estos temas con la huilpala, el regalo de algunas plantas, música andina y una linaza calentita para compartir entre todos.
5519 veces cuentan los pueblos originarios el nacimiento del sol, la llegada de la noche más larga, el comienzo de la siembra alabando a la tierra que acoge a la semilla, respirando el aire puro del segundo día, agradeciendo al fuego, renovador de energía, para culminar el día 24 con la purificación que da el agua.
María Rosa habló también de cómo recuperó su identidad al ponerse en contacto, ya grande, con la cultura de sus mayores, cómo recibió su nuevo nombre originario por el "tata" Carmelo a quien agradece permanentemente que la guíe en este viaje de ida hacia sus raíces.
Tampoco olvidamos mencionar la importancia de la integración de lo que es hoy la nación argentina, con originarios y criollos luchando por sus derechos, por sus propias reivindicaciones. Más allá de la diversidad de cosmovisión, hay necesidades comunes, como el derecho a la tierra, a conservar sus idiomas, el derecho al trabajo digno, a la salud, a la educación, integrando lo que viene del fondo de la historia, pasando por los distintos afluentes para llegar a un presente común de esfuerzos y luchas conjuntas.